La pintura impresionista

Claude Monet, Impresión: sol naciente, 1872
En la época de la Segunda Revolución Industrial y la expansión imperialista, el mundo conoce un progresivo desarrollo técnico y científico. Los transportes permiten viajar más lejos y la vida cotidiana se ve afectada por el descubrimiento de la electricidad. La imagen fotográfica se incorpora cada vez más a la vida cotidiana. Surge un tipo de pintura que podemos llamar propiamente contemporánea, una estética que rompe con la representación académica hasta ese momento. Nos referimos a la practicada por un grupo de pintores franceses que expusieron en París entre 1874 y 1886, al margen de los espacio oficiales. Recibieron el nombre de impresionistas de forma despectiva por el crítico Louis Leroy, por un cuadro mostrado en la primera fecha, obra de Claude Monet.

Auguste Renoir, Baile en el Moulin de La Galette, 1876
Este grupo de pintores, entre los que destaca, además de Monet, Edgar Degas, Auguste Renoir, Camille Pissarro, Alfred Sisley y Berthe Morisot, se interesaron por la representación de una serie de temas bajo unas condiciones cambiantes de luz. Para ello emplearon los colores de una manera distinta. Los aplicaron puros o saturados siguiendo la teoría de los colores complementarios. Se rompía con la concepción del claroscuro clásico que provenía de la importancia del dibujo y el valor de la forma. Los artistas practicaron una pintura al aire libre, frente al motivo, en cuyos lienzos se aplicaban los nuevos pigmentos al óleo que la industria proveía.

Claude Monet, La estación de San Lázaro, 1877

De esta manera la técnica pictórica cambió a no interesarse por la forma en sí, sino por el efecto vibrante de la luz sobre ella. La factura resulta más abocetada caracterizada por pequeñas pinceladas vibrantes que se unen, no en la superficie del lienzo, sino en el ojo del espectador. Por la misma razón cambiaron a su vez los temas, ahora centrados en los paisajes de las afueras de París, las marinas, y escenas de la vida cotidiana sin relevancia. Tuvieron como precursores a los pintores de la Escuela de Barbizon, a Camille Corot, y directamente al pintor, Edouard Manet, cuyo ejemplo fue doble, desde el punto de vista técnico y temático, al incluir, por un lado la reinterpretación de la pintura clásica, y por otro al representar escenas, que por actuales, resultaban escandalosas.

Alfred Sisley, La inundación en Port Marley,1876

En Edgar Degas se observa todavía la presencia de la pintura antigua, que el transforma teniendo presente el encuadre fotográfico y las nuevas enseñanzas de la luz. Si bien son ejemplos de pintura impresionista los paisajes de Renoir, este artista destacó por la representación de la figura humana bajo sus efectos. La obra de Claude Monet expresa todas las características de la nueva estética. Le siguen fielmente, los pintores Pissarro y Sisley.

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